Actualmente, gran parte de los estudios sobre la influencia del cannabis en el mejoramiento de los síntomas de la epilepsia, se plantea el uso de los cannabinoides como un tratamiento coadyuvante y sinérgico con el tratamiento de base. Lo que permite, en la mayoría de los casos, suprimir paulatinamente algún fármaco o reducir su dosis, con el consecuente beneficio. Sin embargo, clínicamente nunca se ha considerado el uso de cannabis como único medicamento, ni como primera opción terapéutica.
A pesar de esto, el 90% de los pacientes que recibieron CBD presentaron algún grado de reducción de la frecuencia de las convulsiones. Aproximadamente el 60% mejoraron otros aspectos como la conducta, el estado de alerta, el lenguaje, las habilidades motoras, la comunicación y el sueño.